Wednesday, September 21, 2011

Los Cubanos

Por: Agustin Tamargo, EPD                                     Los cubanos salen de una isla pequeña y se han diseminado por todo el mundo. Uno es profesor en una universidad de Australia; otro, inauguró en Alaska un restaurante. Nada los detiene, ni el frío ni el calor. Los seduce el trópico de la Florida, pero soportan igualmente a pie firme los hielos de Boston y Nueva York. No mendigan, trabajan. Los que en Cuba eran pobres, aquí son ricos. Los que allá eran medio pelo, aquí son pelo y medio.

Ningún obstáculo detiene su laboriosidad beligerante si la oferta es digna. Uno es rector de la Universidad; otro, maquilla muertos. Cambian, pero sólo en la superficie. En Miami siguen jugando la bolita (lotería Prohibida), peleando gallos a escondidas y enviando los hijos a la escuela privada. En Madrid, están contra José Luís Rodríguez Zapatero y en Caracas, contra Hugo Chávez, siempre en la oposición. Se les critica y se les envidia pero en el fondo se les admira. Gallegos por el trabajo y judíos por la voluntad de  sobrevivir, constituyen una legión empecinada que no se deja ignorar.

 
Traen su música calurosa, el ruido de sus tambores, los frijoles negros y el bistec de palomilla con moros y maduros. Pero traen sobre todo la simpatía, la cordialidad y la laboriosidad.

¿Quiénes son? Son los cubanos del destierro, la única población mundial trasplantada, que (salvo los hebreos) en más de un tercio de siglo no han perdido su identidad. Los que admiraban a Cuba desde lejos como ejemplo supremo de pujanza latinoamericana, los que veían a Cuba como un milagro étnico y cultural, donde todo parecía un relajo pero todo funcionaba bien, ya no tienen que ir a Cuba para conocerla! . Aquí la tienen dentro de los mismos Estados Unidos. Esta es Cuba. Estos son los cubanos. Exagerados, fanfarrones, ruidosos, sí, pero también intensos, profundamente creadores y buenos amigos. ¿Y qué no han hecho en estos 50 años de destierro los cubanos para poder sobrevivir con dignidad? Cuál actividad manual o intelectual no han ensayado en éste o en aquél país, por complicada que pareciera, lo han realizado para no quedarse detrás, para no dejarse discriminar.

En alguna de esas actividades han llegado tan lejos que superan a emigraciones que los precedieron por cerca de medio siglo No hay hospital en Estados Unidos donde no haya hoy un médico cubano. No hay periódico donde no haya un periodista cubano, ni banco donde no haya un banquero cubano, ni publicitaria donde no haya un publicitario cubano, ni escuela donde no haya un maestro cubano, ni universidad donde no haya un profesor cubano, ni comercio donde no haya un manager cubano.

En las Grandes Ligas del béisbol sus nombres también brillan. En Madrid , el primer poeta latinoamericano es un negro cubano. En la Coca Cola, Kellog's, McCormick, Pepsi Cola y tantas otras su dirigente eso fue un  cubano. En el Congreso de Washington hay cinco cubanos, en el Senado Federal se sientan tres cubanos, el Ministro de Comercio de E. U. es un cubano, la Viceministra de Salud es una doctora cubana. Caramba, son unos pocos en éste país y llegaron hace muy poco tiempo.

En las tierras prestadas del extranjero parecen llevar siempre en la frente la marca del sitio de donde vienen.

Los cubanos llevan a Cuba. La enaltecen y la honran, porque además de en la frente la llevan en el corazón.

Pero hay algo en el desterrado cubano, a mi juicio, superior a esa actividad profesional triunfante, y es su odio al despotismo del que huyen, su amor a la tierra que dejaron. Eso lo separa y lo define. Eso da a sus triunfos en medio del desarraigo, una grandeza que de otro modo no tendría.

Se han afincado definitivamente en estas tierras hospitalarias que los han acogido y donde viven en lo material muchas veces mejor que como vivían en Cuba. Aún teniéndolo todo, si les falta Cuba, no tienen nada.  Quizás por ello han hecho su Cuba aquí. Por eso, si se le mira bien, se verá que a veces parece que el cubano ríe, pero en realidad está llorando por dentro.

Le nace el hijo, le crece, se le gradúa en la Universidad, pero el cubano suspira. ¡Ay, si estuviera en mi Cuba! Compra una casa, un auto, o una lancha y sigue suspirando. ¡Ay!. ¡Si todo esto lo tuviera en Cuba! De una manera misteriosa, que no puede definir hay un vínculo con aquello que tira de aquí hacia allá. Ahora que perdió a su país, sabe que no puede vivir sin Cuba, y la sueña de noche, y le agiganta los valores y la embellece y la idealiza, y se culpa de no haberla entendido mejor, y la recrea en sus cantos y bailes, y la revive en sus historias en sus costumbres y en sus comidas.

¿Por qué compran hoy los cubanos más libros cubanos que nunca? ¿Por qué tienen sus casas, sus negocios y sus oficinas llenas de palmas, de banderas, de escudos y de retratos de José Martí? ¿Por qué aunque sean USA citizens SIGUEN SIENDO CUBANOS? ¿Por qué se reúnen en sus municipios formados en el exilio, borrando antiguos antagonismos de partido o clase? Porque el cubano sabe que lo único auténticamente suyo fue SU CUBA y que a ella quisiera el poder regresar. No les preocupa que le devuelvan la residencia o el negocio, si lo tenían. Lo único que desean es volver a su tierra. La casa donde nació está destruida, al pueblo se lo han puesto desconocido, la madre ha muerto. Pero no importa. El exiliado cubano quiere de todos modos ir a esa casa, a ese pueblo y a esa tumba. La Patria empieza ahí....

Hoy tengo a Cuba en el cuerpo

                    Por: Carmen Luisa Pinto ,Poetisa cubana
                                                                      Hoy tengo en el corazon
                                                                      una espina de mi tierra,
               un sollozo de esta guerra
              que va bailando en un son,
              ansias de un cafe dulzon
                    colado en tetera,
               susurro de mis palmeras
              en las margenes de un rio,
                  la vista de un lomerio
               donde ondee mi bandera.
                   **************
               Hoy tengo en cada mirada
                 una esquina detenida,
               voy andando entretenida
                  por esa vieja calzada
                de Luyano que en picada
                me lleva a cuatro caminos
                 para encontrar los amigos
               con quien me voy al Vedado
               siguiendo hasta Marianao
                  saludando a mis vecinos.
                   ****************
               Hoy tengo junto a mi boca
                  un suspiro detenido
               un permanente sentido
               que recordar me provoca,
               la Patria en una derrota
              que se sembro en mi pais,
                 fruto de pueblo infeliz
               que no encuentra regocijo,
               clavado en un crucifijo
                que fuera echando raiz.
                     *************
             Hoy tengo en el sentimiento
              a mis nietos y a mis hijas,
              que son abiertas hendijas
              al centro de mis lamentos,
              escondida en mis tormentos
                me consuelo con las fotos
                que llegan poquito a poco
                de la que queda con vida,
                la otra espera dormida
                bajo una mata de coco.
                     ***********
              Hoy tengo en la madrugada
                  al malecon habanero
              incrustado en el sendero
           de un expressway que cansada
                 transito como alelada
               tomada por los recuerdos
           dicen los que no estan cuerdos
            que ya no es bella La Habana
                 pero esta triste cubana
             hoy tiene a Cuba en el cuerpo

Tuesday, September 20, 2011

Los quince de Florita

Conste que no es fantasía
lo que les voy a contar:
los personajes son reales,
viven en cualquier lugar,
un matrimonio, la hija,
los quince, evento social.
Fecha y lugar nada importan:
sucede en modesto hogar.

Juan de Dios, deja Bohemia
y no empiece a cabecear.
Hoy te estropeo la siesta
porque tenemos que hablar.
El mes que viene Florita
a los quince va a llegar,
a la edad color de rosa
como dice la jailai
y lo mismo que esa gente
lo vamos a celebrar.

No me vengas que no hay plata,
se la consigue prestá,
y si es preciso se empeña
que Dios nos ayudará.
Sacrificar por los hijos
es ley de la Humanidad,
se debe haber promulgao
desde los tiempos de Adán.

Hay que empezar por la casa.
Hay que dar una lechá
que empiece por la cocina
y termine en el portal.
La gente es muy criticona
y en todo se va a fijar.
Que si la casa está limpia,
que si el adorno floral,



porque fui su única amiga
cuando ella se fue a operar.
Favor con favor se paga,
¡y me lo voy a cobrar!

Hay que llevarla al dentista:
tiene tres muelas careá.
No vaya a ser que por eso
nadie la saque a bailar
y sólo por compromiso
dediquen el primer vals,
como es costumbre que siguen
en este evento social.

Lo bailará con Tatito,
que está en la Universidad;
es de muy buena familia
y pronto terminará.
Y puede que hasta se embulle
y la conduzca al altar,
que matrimonio y mortaja
del cielo deben bajar.

La música está resuelta.
Hoy uno puede alquilar
un tocadiscos que toca
doce discos sin parar.
Diremos que la Aragón
no la pudo amenizar
por un contrato que tiene
con una empresa radial
y aunque movimos palanca
no lo pudo cancelar.

Juan de Dios... Juan de Dios...
¡Si se ha dormío...!
¡Si hasta roncando está ya!

que si el obsequio era bueno,

que si gente era jai,
que si el vestido era cheque,
que patatín, que patatán...
Yo no quiero que mi fiesta
dé motivo a criticar.
El que lo haga que su lengua
se la pise al caminar
de lo larga que la tiene
por el vicio de chismear.

Y volviendo a la pintura:
a Daniel hay que llamar
pues nos sale más barato:
uno le da el material,
se le da almuerzo y comida
y en meno que cante un gallo
ya ´tá la casa pintá.

El problema del vestido
lo tengo resuelto ya:
un modelito precioso:
será de organza rosá
con un escote muy bajo
y con falda acampaná.
Florita etá bien p´a arriba,
pero p´abajo, matá.

Hay que comprar azucenas
para el adorno floral;
los gladiolos e´tán muy caros
y total, lucen igual
con un poco de follaje
y las arecas prestá
que le pida a Domitila.
No me las puede  negar,

          
Qué no me oyó? ¡Peor p´a él,
porque la fiesta se da!
Cuando una madre se empeña
la cosa adelante va,
y aunque el marido no quiera,
no puede dar marcha atrás.
Y los quince de Florita,
¡se tienen que celebrar!



Luis Carbonell

Carta de un nieto a su abuelo cubano

La maestra le pide a sus alumnos que escribieran sobre Cuba.

Al llegar a casa el nieto se acerca y le dice, Abuelito escucha lo que escribí…….
 Cuba es una palabra SAGRADA.. Es la palabra que más yo he oído en mi vida. Creo que las primeras palabras que oí al salir del vientre de mi madre fueron las de mi abuelo gritando: ¡Carajo, llegó al mundo otro cubano!
 Cuba es una palabra que, cuando el noticiero la menciona,  yo sé que me tengo que quedar calladito, porque si no me  callo, tengo que oír a toda la familia regañándome y
 diciéndome: ¡Cállese la boca, muchacho, que están
 hablando de Cuba!
 Y si es en la televisión americana que mencionan la  palabra 'QUIUBA', ya yo sé que tengo que atender y estar listo para traducir, porque el abuelo inmediatamente,
 como un resorte, me va a preguntar: “A ver, a ver, ¿qué  están diciendo de Cuba, chico?”
 Pero a mi alrededor Cuba no es una palabra. Cuba es como  un credo, como una religión. Tal parece que todos en mi  casa tienen a Cuba en un altar. Cuba es una obsesión. Yo
 me imagino que hasta el agua bendita de las iglesias debe  de provenir de algún río de Cuba. Con lo fuerte que es mi  abuelo, y con lo mucho que me ha repetido en mi vida que
 “los hombres no lloran”, yo lo he visto llorar a él  algunas veces mientras me hablaba de Cuba.
 Cuba es como una sombra que me sigue a todas partes. Cuba  está en las conversaciones, en las discusiones, en las  fiestas, en los velorios, en los periódicos que lee mi  abuelo, en forma de islita en una cadenita que me regaló  mi abuelita, y hasta en la fiesta de quince años de mi  hermana.
 Tener la sangre cubana, esa que tanto mi abuelo me dice  que yo tengo, es muy bueno, porque me permite ir a  McDonald's y a Burger King, y después llegar a la casa y
 comerme unas croquetas y un batido de mamey, puedo  disfrutar de la música de aquí y al mismo tiempo me encanta cuando oigo a Celia Cruz diciendo: “¡Azucaaaaaa!”
 Mis compañeros de colegio tienen una sola patria, yo  tengo dos: la mía y la de mis abuelos.. Ellos tienen sus  héroes nacionales, yo tengo los míos y los de mis  abuelos. Es más, mis compañeros de colegio no tienen el  privilegio de saber quiénes fueron José Martí, Antonio Maceo o Máximo Gómez. Y yo sí sé quiénes fueron porque mi  abuelo me lo ha enseñado. Según mi abuelita, yo tengo,  por ser cubano, tres santos: San Lázaro, Santa Bárbara y  la Virgencita de la Caridad del Cobre, que me cuidan  hasta de un simple catarro.

 ¿Qué dónde está Cuba? Si alguien me lo pregunta, yo le  señalaré con el dedo índice el pecho de mi abuelo.
 Olvídense del mapamundi. Ahí está Cuba, ¡en el corazón de  mi abuelo!
 Pero mi abuelo y yo no siempre estamos de acuerdo en lo  que es Cuba... Para mí Cuba es José Canseco y para él es  Orestes Miñoso; para mí Cuba es Andy García y para él es
 César Romero; para mí Cuba es Gloria Estefan y para él es  Olga Guillot; para mí Cuba es Willy Chirino y para él  Barbarito Diez. Para mí Cuba es 'la Salsa'. Para él Cuba  es rumba y guanguancó.
 Cuba, según el mapa de este colegio, está en el Caribe,  pero la verdad es que Cuba está en mi hogar.. Cuba está  dentro del refrigerador de mi casa. Cuba está en el patio  de mi casa, en las matas de aguacate y de guayaba que  sembró mi abuelo. Cuba está en el almuerzo que me prepara  mi mamá y en el café que cuela mi abuela.
 Y no sé la calificación que recibiré por esta  composición, pero no me importa. Yo estoy contento porque  estoy seguro de que mi abuelito, con lágrimas en sus  ojos, me dará

una A.
 Un cubanito


 Y el abuelo, sonriente y orgulloso, le responde: “No, no voy a llorar. Y no solamente te doy una A, sino que te  doy un abrazo y un beso, ¡coño!”
 “¡Domitila, vieja, ven acá  para que escuches lo que escribió MI NIETO!”
Dedicado a todos los abuelos cubanos que siguen amando a Cuba como el día que la tuvieron que dejar ..y que han sembrado a Cuba con amor, en el corazón de sus familias.”

La bailarina española

El alma trémula y sola 
Padece al anochecer: 
Hay baile; vamos a ver 
La bailarina española. 

Han hecho bien en quitar 
El banderón de la acera; 
Porque si está la bandera, 
No sé, yo no puedo entrar. 

Ya llega la bailarina: 
Soberbia y pálida llega; 
¿Cómo dicen que es gallega? 
Pues dicen mal: es divina. 

Lleva un sombrero torero 
Y una capa carmesí: 
¡Lo mismo que un alelí 
Que se pusiera un sombrero! 

Se ve, de paso, la ceja, 
Ceja de mora traidora: 
Y la mirada, de mora: 
Y como nieve la oreja. 

Preludian, bajan la luz, 
Y sale en bata y mantón, 
La virgen de la Asunción 
Bailando un baile andaluz. 

Alza, retando, la frente; 
Crúzase al hombro la manta: 
En arco el brazo levanta: 
Mueve despacio el pie ardiente. 

Repica con los tacones 
El tablado zalamera, 
Como si la tabla fuera 
Tablado de corazones. 

Y va el convite creciendo 
En las llamas de los ojos, 
Y el manto de flecos rojos 
Se va en el aire meciendo. 

Súbito, de un salto arranca: 
Húrtase, se quiebra, gira: 
Abre en dos la cachemira, 
Ofrece la bata blanca. 

El cuerpo cede y ondea; 
La boca abierta provoca; 
Es una rosa la boca; 
Lentamente taconea. 

Recoge, de un débil giro, 
El manto de flecos rojos: 
Se va, cerrando los ojos, 
Se va, como en un suspiro... 

Baila muy bien la española, 
Es blanco y rojo el mantón: 
¡Vuelve, fosca, a un rincón 
El alma trémula y sola!


Jose Marti